Llegó el gran día. Puede que el último en Europa este año, así que hay que disfrutarlo. Hay que prepararse para vivir unos 90 minutos de locura total, no apto para cardíacos, sobre todo si el equipo sigue vivo en los primeros 45 minutos. Pero son los partidos que a todo el mundo gustan, agresividad, profundidad, lucha contra el crono, futbol total. Debemos sentirnos orgullosos de ser de un equipo que vive estos encuentros en primera persona.
Palmamos en casa, lo hicimos mal, fatal, pero no tanto como para darnos por muertos. Ahora tenemos la reválida, y equipo para remontar tenemos, como no.
Para desterrar el pesimismo, diré que hoy me acordaba del año pasado por estas fechas, nos tocó en octavos al Chelsea, y ganamos allí 1 a 2 precisamente. Para el partido de vuelta, que levante la mano quién no creía capaz al Chelsea de remontar. Hasta el golazo de Ronaldinho nadie respiraba tranquilo, y eso que el Barça hizo un partido espectacular, y eso que el Chelsea no estaba acostumbrado a jugar al ataque, pero el miedo estaba ahí. Ahora la historia se repite pero al revés, ahora somos nosotros los que debemos remontar la eliminatoria, pero enfrente no tenemos al Barça de Rijkaard, ni siquiera al Chelsea, tenemos delante al Liverpool, al que se respeta, pero que no está a la misma altura. Por eso, ánimos, vamos a jugar un gran partido, con un ambiente de lujo y vamos a demostrar que estamos más vivos que nunca. Y si al final no puede ser, pues para casa con la cabeza alta, pues el error fue perder aqui.
Y otro dato para el optimismo. Hoy el Barça volverá a enfundarse la camiseta amarilla fluorescente, que nos fue tan bien la temporada pasada. Aún recuerdo ver desde las gradas de San Siro a la apisonadora culé en acción, y de amarillo...