jueves, 6 de septiembre de 2007

LA IMPORTANCIA DE LA COPA CATALUNYA


He esperado a que la final de la copa Catalunya estuviese configurada para denunciar un hecho que el martes me molestó bastante, más que molestarme, me asqueó bastante. Me asqueó porque es una cosa que viene pasando últimamente aquí en Catalunya. Es el hecho de: “Soy de un club pequeño, me meto con el Barça sí o sí”.

En la entrevista concedida a Rac-1 por el presidente del Girona, el Sr. Josep Gusó Garganta, el presentador, pobre sustituto de Basté (no es que Basté fuera un lumbrera, pero su sustituto lo hace parecer), intentó sacar al presidente la rajada ya habitual al Barça, y se la sacó, como no. El tema era la importancia que le daba el Barça a la Copa Catalunya, que si iba a llevar al filial, que si tal que si cual. De la boca del presidente salieron cosas como: “- Se les llena la boca al hablar de catalanismo pero luego desprecian una competición que es la nuestra.” y basura por el estilo.

Decir desde aquí al presidente del Girona una cosa. El Barça le da a la Copa Catalunya la importancia que se merece. Llevó al filial con algún refuerzo del primer equipo, y os ganó. Pero no lo hizo porque quisiera preservar a sus cracks, lo hizo porque las selecciones nacionales se han llevado nada menos que a 14 jugadores del primer equipo. El Barça fue con lo que pudo. Y os ganó. O sea que tan poca importancia no le damos a la Copa. Cierto es que el árbitro os robó el partido, quizá es a la federación a la que le interesa que el Barça juegue la final, precisamente para darle eso que vosotros reclamáis, importancia.

También se quejó, siempre motivado por el ínclito periodista, de que el Barça se lleva jugadores jóvenes de los equipos sin darles a cambio la contraprestación que merecen. Cuando a un jugador que juega en el Girona por ejemplo, se le presenta la posibilidad de ir al Barça, se va y el club lo permite, lo permite porque no tiene como retenerlo, y también sabe que es lo mejor para el chaval. En el Barça se le va a enseñar, se le va a cuidar y se le va a dar todo para que el jugador llegue a jugar en primera en el futuro, es el jugador el que tiene que poner el resto. Hay unos que llegan y otros que no, pero quedándose en el Girona, es probable que ese jugador no llegue nunca a nada. Que hacemos, exigimos al Barça una contraprestación económica elevada por cada jugador, pero luego exigimos, desde nuestra misma posición, que Catalunya tenga una cantera de nivel de donde salgan jugadores que engrosen las plantillas de nuestros equipos de élite? O que podamos tener una selección, ahora que está tan de moda, capaz de luchar de tú a tú con Brasil? Vamos a ser sensatos y a considerar el fútbol base como lo que es, una escuela, disfrazada con competiciones, pero una escuela.

Y lo que más me fastidia (por no decir jode), es que la mayoría de todos estos que critican de esta forma al Barça, en realidad son aficionados del mismo Barça, y más en Girona, donde me consta, la mayoría lo es. Y este señor que ha soltado por la boca las chorradas que ha soltado, debería pensar, si hablamos de catalanismo, cuan orgulloso se siente de su catalanismo cuando el Barça que ahora critica, pasea la bandera de Catalunya por el mundo con la dignidad con la que lo hace.


Y, esto va para los que cuando oyen hablar de catalanismo se les ponen los pelos de punta, no os alteréis que en este discurso no excluyo a nadie ni digo que quiero separarme de nadie ni nada (que luego se sueltan y empiezan a meterse conmigo).

El partido en sí fue horroroso, once hombres en el campo con una calidad de primer orden, dedicados a jugar a no perder el balón únicamente (que es en lo que se ha convertido el juego del Barça), y sin pisar el área rival ni por asomo. Tuvo que llegar Márquez, que con dos pérdidas de balón por sobrao en medio campo, colocó el 0 a 2 en el marcador, y animó el partido, que prosiguió con un gol en propia puerta del Girona, un piscinazo increíble de Silvinho sancionado por el árbitro con penalti, lanzado a lo Panenka por Ezquerro, y un zurdazo del propio Silvinho que se coló por la escuadra para colocar el definitivo 3 a 2. El árbitro tuvo aún tiempo para seguir cagándola al comerse un penalti por mano en el área del Barça. También es cierto que el Girona debía de haberse quedado con diez en la primera parte por roja al capitán, por una entrada por detrás criminal a un jugador del Barça, y con nueve en los minutos finales por un patadón intencionado desde el suelo de un jugador del Girona a la cara de Marc Crosas, causándole un corte en la boca. Por cierto, Marc Crosas no me gusta nada, es un jugador cangrejo, bola que tiene, bola que tira p’atrás. Buen debut de Gay Assulin, ya tenemos otro crack, que máquinas de sacar buenos futbolistas somos.


FOTO: SPORT